miércoles, 26 de diciembre de 2007

Injusticias y abusos

Hay un país en el que la compañía de aguas, cobra por el consumo de agua a sus habitantes. Además de ello, cobra un suplemento a los fabricantes de grifos, palanganas, vasos, botellas, barreños, cubos, etc. aunque los ciudadanos consuman vino, refrescos o zumos. Vaya políticos debe haber en ese país que lo consienten.

Hay un país en el que las compañías eléctricas, cobran por el consumo de electricidad a sus habitantes. Además de ello, cobra un suplemento a los fabricantes de cada uno de los aparatos susceptibles de ser conectados a la red eléctrica, móviles, vídeos, dvd's, cargadores de pilas, televisiones, radios, lámparas, impresoras, ordenadores, escáneres, etc. aunque los ciudadanos ya han pagado por el consumo de energía o no utilicen esos aparatos. Vaya políticos debe haber en ese país que lo consienten.

Hay un país en el que los carniceros, cobran por el alimento que venden a sus clientes. Además de ello, cobran un suplemento a los dentistas, por cada limpieza de boca, dentadura, corona, empaste, implante, etc. que realicen, aunque los ciudadanos sean vegetarianos. Vaya políticos debe haber en ese país que lo consienten.

Hay un país en el que la prensa escrita, cobra por la venta de sus ejemplares. Además de ello, obliga a que las ópticas cobren un suplemento a los ciudadanos por cada gafa, anteojo o lentilla que venden, aunque las gafas sean de sol. Vaya políticos debe haber en ese país, que lo consienten.

Hay un país, en el que los "autores", cobran por la venta de sus obras. Además de ello, cobran un suplemento (canon, diezmo o derecho de pernada) a cada habitante por cada uno de los dispositivos que adquiera y entre cuyas funciones está la de ser capaces de almacenar y reproducir música, aunque no lo vayan a utilizar para este fin, pero por si acaso. Para agradecerlo, dotan a sus creaciones de un sistema anti-copia y le complican la vida al ciudadano, que tiene que molestarse en convertir dichas obras a un formato compatible con el que leen esos dispositivos, ya que los originales nunca vienen en mp3 o divx. Vaya políticos debe haber en ese país que consienten esto, e incluso votan a favor de que ocurra.

No obstante, cualquier parecido con la realidad es pura copia privada.

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